Lo que desde principio de temporada parecía una obviedad, se ha confirmado hoy: los red devils no estarán en el bombo de la próxima edición de la Liga de Campeones.
La campaña ha sido desastrosa desde que comenzó. Un equipo desestructurado, un entrenador empeñado en romperlo aún más, y una afición que no estaba dispuesta a contemplar impotente cómo el equipo de sus amores seguía hundiéndose sin remedio.
Conforme pasaban las jornadas, los malos resultados continuaban siendo la tónica habitual, por lo que la directiva tomó la decisión de destituir a Mourinho y sentar en el banquillo a un hombre de la casa. El elegido fue Ole Gunnar Solskjaer.
Todo parecía ir a mejor. Los jugadores parecieron resucitar, especialmente un Paul Pogba que pasó de arrastrarse por el campo a ser ese jugador que costó 120 millones. Con el buen juego, empezaron a llegar las victorias.
Cuando el equipo empezaba a levantar cabeza, las lesiones empezaron a castigarlo. La moral bajó, y los resultados empezaron a decaer de nuevo. Tampoco ayudaba la regularidad que sí habían encontrado sus rivales directos.
Finalmente, tras empatar contra el Huddersfield en la jornada 37, las matemáticas han confirmado lo que predecía el fútbol: el Manchester United participará en la UEFA Europa League la próxima temporada.
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